PDF. El triunfo de la fe, Martin Lutero

Este libro trata de la fe, una virtud que es el tema del capítulo primero. Sigue el capitulo segundo con el tema sobre la única fe que salva.
Todas las luchas y todas las doctrinas que ocupan la atención en los capítulos tres al seis; vienen como resultado de esa fe tan segura y revolucionaria que cautivó a Lutero.
En todo el libro se oye la súplica incesante del reformador a la iglesia para que regresara a aquella sencilla fe entregada por el; SEÑOR JESUCRISTO y que predicaban los apóstoles Pedro y Pablo.
Sin duda el meollo de la lucha religiosa en que se vio envuelto Lutero tenía que ver con la fe; esa fe de la que se había apartado la Iglesia Católica Romana. Ella debía destruir el complicado andamiaje religioso basado en la tradición y no en la Biblia que por mil quinientos años había fabricado.
Pero destruir tal estructura significaría deshacer el Vaticano; destruir todo el poderío acumulado por el Papa y sus cardenales, y regresar a la humilde sencillez de Jesucristo y de sus doce apóstoles. A esta humillación, la poderosa Iglesia Romana no estaba dispuesta a someterse. Pero por nada menos estaba dispuesta a demandar al convencido reformador; si es que la Iglesia quería convertirse en el instrumento divino para proclamar la fe que en verdad salva.
El mensaje que necesitamos es aquel que proclama una sencilla y sola fe
A su vez, el reto de Lutero para la Iglesia de su tiempo es el mismo para nosotros en el siglo XXI. El mensaje que nosotros necesitamos es aquel que proclama una sencilla y sola fe; en lo que el SEÑOR JESUCRISTO hizo por nosotros en la cruz para lograr el perdón de nuestros pecados. Ese fue el mensaje de Pablo, de Pedro y el de la iglesia primitiva.
Por ese mensaje fueron de país en país sufriendo cárceles, naufragios, asaltos, palizas, fatigas y dolores con el fin de que el mundo conociera a Cristo; jamás para crear riquezas y prestigio personales ni poder político. Y por nuestra tendencia de siempre crear “otro evangelio” es por lo que debemos recordar que aquel antiguo evangelio es el que necesitamos hoy, a saber, cómo salvarnos de nuestros pecados, cómo vivir aquí y ahora de manera que agrade a Dios, cómo prepararnos para el cielo eterno.
Se pudiera decir que al expulsar a Martín Lutero de la Iglesia Católica, fue el mismo Papa León X junto con sus cardenales y obispos quien en forma indirecta comenzó la Iglesia Evangélica moderna. Dios usó, de manera maravillosa, a este extraordinario y estudioso fraile de Erfurt para iniciar un movimiento de regreso a la Biblia que se extendería por el mundo entero.
Hoy los evangélicos se conocen con muchos nombres, pero no importa cuál nombre escojamos bautista, presbiteriano, nazareno, luterano, cuadrangular, metodista, es a Martín Lutero a quien todos, por la gracia de Dios, debemos nuestra existencia como evangélicos. Quizás la herencia más importante que nos dejó es el apego a la Biblia como única autoridad de fe y de práctica. Su fidelidad a Dios.
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