
La habilidad para formar ideas es primordial, así como la de escoger las palabras apropiadas; que nos facilitan visualizar en un santiamén la ejecución de la petición.
Al Visualizar una imagen, jamás hay que forzarla, deja que la idea divina despeje súbitamente en tu mente consciente; de ese modo el estudiante estará trabajando de acuerdo con el diseño divino.
Existen ciertas palabras o ideas que pueden sobresaltar nuestra mente superconsciente. Lo que hace que un supuesto fracaso se transforme en éxito es su palabra la varita mágica.
Debe saber que sus dones son universales, infinitos e inmediatos y todo lo que requieres se manifieste inmediatamente.
El temor, la duda, la ansiedad, la cólera y el resentimiento, debilitan las células del cuerpo; sacuden al sistema nervioso y son la causa de las enfermedades y los desastres. La felicidad y la salud se obtienen por un control absoluto de las emociones naturales.
El Poder se mueve, pero no podemos moverlo. Cuando el hombre permanece en calma y sereno, tiene buen apetito, se siente contento y feliz aunque las apariencias sean adversas; ha alcanzado la maestría.
Es entonces cuando él tiene poder para dominar los vientos y apaciguar las olas, en cualquier circunstancia. Su palabra es la varita que transforma un fracaso aparente en éxito.
El ser humano viene cargado de poder
Ser positivo tiene una gran recompensa, para nadie es un secreto el gran poder que tienen las palabras. Se puede afirmar con toda seguridad que, las palabras en gran parte son causantes de éxitos, y fracasos también.
El ser humano viene cargado de poder, está puesto en este mundo para grandes cosas. Es cierto, sí, que el hombre ha perdido muchas de sus facultades; con el paso del tiempo, eso debido a la fascinación por el mundo exterior.
No vamos a profundizar en el tema del mundo exterior, y el daño que ha causado a la mente consciente del hombre; hablemos del tema que nos interesa ahora, el poder de la palabra.
No es conveniente, soltar palabras sin analizar un poco lo que se va a decir. Resulta que nuestro cerebro, se toma las cosas muy en serio, y una palabra puede interpretarla como una orden, y mejor dicho, las consecuencias pueden ser nefastas.
Procuremos siempre decir palabras positivas, en muy poco tiempo podremos ver el cambio que se ha generado en nuestra vida.
El ser humano cuenta con muchas ayudas incorporadas, sutilmente desperdiciadas o quizá olvidadas ¡cosa triste! imagínese, hechos a imagen y semejanza del DIOS todopoderoso, y viviendo momentos de dificultad.
Una afirmación positiva es un decreto
Presten atención, en los últimos tiempos, gracias a DIOS, ciertos investigadores hicieron descubrimientos fabulosos; como la conexión que hay entre las palabras y subconsciente. Se han escrito miles de libros que hablan sobre lo que puede hacer por usted, “el poder de la palabra”.
Si usted aprende a convertir las palabras en afirmaciones positivas, hombre, su vida va a cambiar, téngalo por seguro; este libro “la palabra es tu varita mágica” le va a enseñar cómo hacerlo.
Una afirmación es un decreto, una herramienta maravillosa, este es un valioso poder con el que cuenta la humanidad; seguramente si pusiéramos atención a nuestro mundo interior nos daríamos cuenta que hay una fuerza muy poderosa que quiere salir en nuestro auxilio.
Nuestra realidad es moldeada por las vibraciones que emanan de nosotros
Las afirmaciones son cápsulas que engloban en una frase lo que deseamos que se convierta en nuestra realidad. Bien utilizadas, tienen la fuerza y la efectividad de lo inmediato. Aquello que afirmamos no «se convertirá» en nuestra realidad, sino que «es» ya, y desde el momento mismo de su enunciación, nuestra realidad.
Una afirmación lanzada con contundencia y convicción efectúa aquí y ahora la magia sanadora, aquella que repara lo que ha de ser reparado, la que deja ver que detrás de una aparente carencia solo hay una realidad de abundancia infinita.
Una afirmación es, como su nombre indica, algo que afirmamos, ratificamos, proclamamos, algo que damos por cierto en el acto mismo de su enunciación. Algunas corrientes de pensamiento, como la de la metafísica, las llaman decretos.
Decretar o afirmar viene a ser lo mismo, se trata de dos formas de efectuar la misma magia en nuestras vidas. Y es que podemos llamar magia a lo que tiene lugar, a esa manifestación que experimentamos al darle forma a nuestras vivencias a través de la palabra.
Nuestra realidad es moldeada por las vibraciones que emanan de nosotros. Dichas vibraciones están formadas por un conjunto energético que parte de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras, tres elementos que suelen estar interconectados. Lo que pensamos repercute en cómo nos sentimos y viceversa.
No podemos tener pensamientos de índole negativa, y sentirnos bien; al igual que no podemos sentirnos mal cuando nuestra mente está llena de pensamientos e imágenes positivas, tal es la unión entre emociones y pensamiento.
Nada está grabado para siempre en nuestro cerebro
Por lo que respecta a las palabras, no son otra cosa que la expresión de los sentimientos y los pensamientos, podríamos decir que son el vehículo que le damos a nuestras convicciones.
Es muy raro que expresemos cosas que no creemos, salvo en casos aislados, por ejemplo cuando queremos usar el sarcasmo, pero por lo general todo lo que sale de nuestra boca o aquello que no sale pero que vive en forma de palabras dentro de nuestra cabeza expresa el conjunto de ideas que tomamos como nuestra realidad.
La Ley de la Atracción es la encargada de traducir esa realidad mental en una realidad externa. Valga aquí una acotación respecto al sarcasmo y a lo que decimos –a los demás o a nosotros mismos «en broma». A nivel de cómo afecta el lenguaje a nuestro cerebro y, posteriormente, a nuestro comportamiento y nuestros resultados, muchísimos estudiosos sostienen que el cerebro no reconoce el sarcasmo, la mentira o las bromas como tales, sino que interpreta dichas expresiones en su sentido literal.
Es decir que cuando, por dar un ejemplo, nos decimos a nosotros mismos algo como «eres un fracasado», aunque nuestro tono sea de broma o pensemos que lo estamos diciendo porque en el fondo creemos lo contrario, el mensaje textual repercute de manera negativa en nuestro interior. Asimilamos exactamente lo que significan las palabras que nos hemos dicho.
El mensaje de que somos un auténtico fracaso queda inscrito en nuestro cerebro y, con la repetición, forma un surco que termina convirtiéndose en un patrón de pensamiento.
Nada está grabado para siempre en nuestro cerebro, todo es reprogramable y nunca es demasiado tarde para reconducir nuestra vida. Siempre podemos mejorar: siempre. Igualmente nada es demasiado difícil ni hay demasiadas cosas que cambiar. Tú estás al mando.
Las afirmaciones son grandes aliadas en cuestiones de reprogramación
Si te cuesta creerlo, apúntate esta frase en una tarjeta y pégala donde puedas verla varias veces al día. Tú estás al mando de tu vida, puedes cambiar lo que quieras, cuando quieras, nada es demasiado grande, numeroso y fuerte para ti… Salvo que decidas que lo sea, claro. Si decides que algo podrá contigo, así será, pero mientras decidas llevar las riendas todo es modificable.
Las afirmaciones son grandes aliadas en cuestiones de reprogramación. Si quieres borrar una convicción y escribir encima otra nueva y mejor, las afirmaciones son una herramienta ideal.
Es precisamente en lo referente a las ideas más persistentes, a aquellas que hemos identificado y que no queremos tener pero que se quedan con nosotros, donde mejor funcionan las afirmaciones.
Una afirmación no solo te puede servir para manifestar algo directamente, sino también para reprogramar tu cerebro; de manera que este aprenda a pensar por el camino que tú deseas llevarlo. El pensamiento con el tiempo se convierte en una convicción que irá acompañada de su respectivo sentimiento.
Como ves, las afirmaciones pueden hacer que aparezca algo directamente en tu vida; pero también pueden curar, solucionar o deshacer los nudos internos que estén entorpeciendo nuestro armonioso discurrir.
Las afirmaciones son una herramienta extremadamente poderosa para erradicar cualquier tipo de patrón que esté incidiendo negativamente. Lo único que tienes que hacer es identificar la idea que quieras erradicar y buscar una afirmación que programe la información contraria en tu cerebro.
Fragmentos de libro: El libro de las afirmaciones, Mafalda Lempicka