Cualquier cambio que deseemos para nuestra vida, tiene que nacer del conocimiento; no podemos desconocer que estamos regidos por leyes naturales, y que una de ellas, es la ley de la atracción.
Entretanto no entendamos y conozcamos su conexión definitiva entre lo que pensamos y sentimos, será más difícil prosperar en procura de un cambio definitivo.
Una vez se empieza a observar los pensamientos, notaran que son fácilmente influenciables, por algo tan natural como una lectura, al observar alguna pintura, o tal vez al escuchar una historia o vivencia de alguna persona.
A medida que entiendas, y te des cuenta del poder que ejerce la ley de atracción sobre todos tus pensamientos; de modo muy sutil, y la forma como va tomando control y supremacía. A partir de el instante en que empieces a prestar atención; sentirás el impulso de orientar tu atención a lo que tu quieres o deseas alcanzar.
Por consiguiente, cualquier pensamiento que tengas, y sin interesar el origen que lo alimenta, a partir del instante en que empiezas a darle trascendencia; la ley de atracción comienza a ocuparse, y muy comedidamente brinda otros pensamientos, conversaciones y experiencias de carácter referente, asimismo es cómo funciona.
Ten presente lo siguiente: si diriges tu pensamiento a rememorar cosas del pasado, o te dedicas a prestar atención al tiempo presente;, o a planear tu futuro, de uno u otro modo; en lo que estás enfocado ahora, inminentemente se activa una centro de vibración, a lo cual la ley de atracción contesta sin dudar.
Quizá muchos hemos sentido extrañeza al oír de alguien; algo en lo que nosotros habíamos estado pensando reiteradamente, pues justamente así funciona la ley de atracción; encuentra a personas que proyectan una vibración similar, y las pone en nuestro camino. es por eso, parece que nos hubiesen leído el pensamiento.
Cuanto más te enfocas en algo, más fuerza adquiere; y cuanto más fuerte es tu punto de atracción al respecto, más pruebas aparecen en tu experiencia de la vida. Tanto si te enfocas en lo cual quieres, como en lo cual no quieres; la prueba de tus pensamientos fluye una y otra vez hacia ti.