
¿Qué tienen en común Nelson Mandela, Malala Yousafzai y Steve Jobs? Todos ellos desarrollaron habilidades para la vida y actuaron con valores que los llevaron a lograr grandes cosas.
Las habilidades para la vida son aquellas capacidades que nos permiten afrontar los desafíos y oportunidades de la vida cotidiana de manera positiva y constructiva.
Algunas de estas habilidades son: la autoestima, la comunicación efectiva, la empatía, la toma de decisiones, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el manejo de emociones y el trabajo en equipo.
Educar con valores es una forma de enseñar y aprender que busca desarrollar en los estudiantes actitudes y comportamientos éticos, solidarios y responsables, basados en principios universales como el respeto, la justicia, la paz y la dignidad humana.
¿Por qué es importante educar con valores y habilidades para la vida?
Educar con valores y habilidades para la vida es importante porque contribuye al desarrollo integral de los estudiantes, favoreciendo su bienestar personal y social, su adaptación al cambio, su creatividad y su autonomía. Además, educar con valores y habilidades para la vida los prepara para participar activamente en la construcción de una sociedad más democrática, inclusiva y sostenible. Por lo tanto, se trata de una tarea fundamental para formar personas íntegras, felices y capaces de transformar positivamente su entorno.
¿Cómo se puede educar con valores y habilidades para la vida?
Para educar con valores y habilidades para la vida se requiere de una metodología participativa, reflexiva y vivencial, que involucre a toda la comunidad educativa: docentes, estudiantes, familias y entorno. Algunas estrategias que se pueden utilizar son:
- Fomentar el diálogo y el debate sobre temas relevantes para los estudiantes, promoviendo el respeto a la diversidad de opiniones y el análisis crítico. Por ejemplo: «¿Qué opinas sobre el bullying? ¿Qué harías si fueras testigo o víctima de esta situación? ¿Qué valores están en juego?»
- Realizar actividades prácticas que estimulen el aprendizaje por descubrimiento, la cooperación y la solución creativa de problemas. Por ejemplo: «Diseña un cartel que promueva el cuidado del medio ambiente. Piensa en un mensaje que motive a las personas a actuar. Trabaja en equipo con tus compañeros y comparte tu trabajo con el grupo.»
- Utilizar recursos didácticos variados que apelen a las diferentes inteligencias y estilos de aprendizaje de los estudiantes. Por ejemplo: «Lee un cuento que trate sobre algún valor humano. Identifica las acciones y los personajes que lo representan. Expresa con dibujos o palabras lo que te ha gustado o enseñado el cuento.»
- Incorporar el juego, el arte y la expresión corporal como medios para explorar las emociones, los valores y las habilidades para la vida. Por ejemplo: «Juega a las emociones. Imita con tu rostro y tu cuerpo cómo te sientes cuando estás feliz, triste, enojado o asustado. Reconoce las emociones de tus compañeros y trata de comprenderlas.»
- Organizar proyectos de servicio comunitario que fomenten el compromiso social y el desarrollo de competencias ciudadanas. Por ejemplo: «Organiza una campaña de donación de juguetes para niños necesitados. Investiga sobre las condiciones de vida de estos niños y sus necesidades. Elige los juguetes adecuados y entrega personalmente tu donación.»
Conclusión:
Educar con valores y habilidades para la vida es una clave para el éxito personal y social de los estudiantes. Para ello, se necesita de una pedagogía activa, holística y humanista, que reconozca el potencial de cada estudiante y le brinde las herramientas necesarias para desarrollarlo.