
En los últimos años, las investigaciones más relevantes en la prevención del uso, y abuso de sustancias, han delimitado diversas situaciones. Que colocan al individuo en mayor riesgo de iniciar el contacto con drogas o bien que lo protegen de exponerse a las mismas.
Los factores de riesgo incluyen características biológicas, psicológicas, conductuales, sociales y ambientales. Tales como la dinámica familiar, antecedentes de violencia y abuso de sustancias, depresión, estrés, tolerancia hacia el consumo. O disponibilidad de sustancias en el lugar de residencia, relaciones interpersonales pobres o conflictivas, etc.
Mientras mayor sea la exposición de niños y jóvenes a situaciones de riesgo, mayor es la probabilidad de que experimenten con drogas. Y presenten trastornos conductuales asociados.
Los factores protectores, como los vínculos familiares sólidos, el desempeño escolar exitoso. Y las aptitudes para afrontar circunstancias de vida adversas, reducen el impacto de los factores de riesgo y contribuyen a evitar el uso de sustancias.
El contenido de esta obra está inscrito en el marco de la prevención, con un enfoque que busca incidir en los niños, niñas y adolescentes. Para entrenarlos en aptitudes y destrezas que les permitan resistir eficazmente las presiones asociadas al consumo de tabaco, alcohol y otras drogas.
La adquisición de habilidades para la vida es un método que se construye alrededor de la equidad de oportunidades de desarrollo, para que los y las jóvenes sean capaces de aplicar el juicio crítico. Reconocer situaciones de riesgo, protegerse de ser manipulados por influencias externas, buscar apoyos adecuados y resolver sus problemas de manera favorable.
Este enfoque contribuye también a habilitarlos en el reconocimiento y el manejo de sus emociones y comportamiento, en la toma de decisiones con conocimiento de causa para adquirir patrones de conducta, hábitos y valores positivos.
En la adolescencia, los padres y madres deben mostrar seguridad para afrontar los periodos de crisis emocional y reforzar con su apoyo las normas y la disciplina, pero sobre todo tendrán que fomentar el acercamiento afectivo.
La televisión y, más recientemente, el Internet se han colocado en un lugar central en el funcionamiento de muchas familias. En el tiempo que niños y jóvenes pasan frente al televisor. Aprenden mucho más de lo que nos damos cuenta acerca del mundo y los valores.