El secreto para conquistar metas, PDF

El tema de las metas es muy importante, nadie puede lograr nada en esta vida sin definir sus metas. Las metas claras te dan la fuerza para recuperarte de cualquier contratiempo y seguir adelante. Las metas son fundamentales en la vida de un individuo u organización. Sin una meta, nadie sabe qué hacer y adónde ir cada día.
Las metas dan sentido a nuestra vida, a las cosas que hacemos o pensamos. También al esfuerzo que muchas veces llevamos sobre nuestros hombros, con el único fin de llegar más lejos. Y lograr lo que quizás ayer solo era un sueño. Pero que ahora estamos dispuestos a hacer lo posible para que se convierta en una realidad.
Si una persona no sabe a dónde quiere ir, es imposible que llegue a un lugar mejor, con suerte, podrá decir que ha llegado. Porque, al no saber dónde quiere estar, donde se encontrará ahora, parecerá bien o aceptable. Y si tiene esa lógica es posible que se quede ahí de por vida.
Las metas son aquellas ideas u objetivos que toman forma y se pueden gestionar para que se transformen en realidad por medio de acciones concretas. Dicho de otra manera, es donde queremos estar en un momento específico de nuestras vidas.
Las metas tienen criterios claros, que debemos implementar paso a paso para diseñarlos de manera efectiva. Aquí hay una distinción importante que le dará más claridad al hablar de metas o trabajar en el establecimiento de metas.
En la medida que no somos claros con el lenguaje, será más fácil caer en confusiones que repercutan en los resultados. Una de las claves para las buenas metas, o las metas con definiciones poderosas es su precisión. Esto ayuda a no confundirnos ni a malinterpretar lo que vamos alcanzar, dando claridad a las estrategias que tendremos que poner en práctica para lograrlo.
La única manera de saber si avanzamos o no, es tener indicadores medibles. Y verificables que nos vayan mostrando el camino y nos entreguen señales claras sobre los resultados que estamos obteniendo. Por ello, las metas deben ser medibles, y esa es una gran diferencia con los meros deseos. Ya que éstos últimos no son cuantificables fácilmente ni mucho menos con exactitud.
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