El manuscrito de los 6 poderes, PDF

Poderes, Manifiestos

Hacia 1646, nació, de una pareja constituida por una marinero y una amante mujer, un joven que hubo de padecer; a temprana infancia, no sólo el caos de la orfandad, sino y a la vez, los vejámenes de la fraudulencia, siempre humana.

Cien años más tarde, hacia 1746, y antes de morir, deseó dejar por escrito aquello que; habiéndolo descubierto durante su vida, pudiese servir a las generaciones venideras, como herencia.

Es pues, un testamento, un Acto, legado de un padre, con lo que hemos de encontrarnos, en esta historia. Acto con el que un anciano inscribe, para nosotros, el modo como él salió; el modo como él pudo dar el paso hacia el lugar al que; humanamente hemos dado en llamar, UN HOMBRE.

No fue fácil, pasó penurias, y atajos hasta el “delirio”, antes de encontrar su verdad, la verdad de sí mismo, y la verdad de todos. Verdad que, si bien cada quien puede encontrar, a su modo, pocos son los que se animan a, saberla, analizarla, publicarla, inscribirla. El valor del ACTO TESTAMENTARIO dice, de la inscripción de ese paso antes nombrado; y de otro paso más de este HOMBRE, que lo lleva al lugar de
PADRE.

Un padre que piensa en los hijos, siendo estos, no precisamente aquellos que ha engendrado; de los cuales es además genitor, sino de aquellos que, por las generaciones, lo seguirán. Lo seguirán, sí. Sin necesidad de escuelas, instituciones, quejas o castigos.

Lo seguirán porque simplemente, transmite lo humano a los humanos; y su modo, de él, de salir del vejamen de la repetición en que se había instaurado como victima y sufriente; repetición ésta tan humana como, la verdad misma y los lugares a los que da paso, su revelación.

Asistamos pues, sentados alrededor del calor de fuego paterno; en una noche de otoño a la luz de la luna, a la historia de un HOMBRE que además fue, PADRE. Noche de la que saldremos, rejuvenecidos y… otros, nuevos, pues, recibiremos la herencia que, por siglos, nos estaba predestinada.

No tengas miedo de los actos que te hacen diferente

La entidad negativa recauda favores: la entidad positiva los concede. La suerte espera cada uno de tus pasos: tómala, pliégate a sus deseos, guárdala, pues ella es tuya, ella te fue destinada.

Comienza desde ahora, con estos preceptos presentes en vuestra memoria. Extiende la mano y toma lo mejor, lo que quizá nunca has utilizado, salvo en raras ocasiones, y de urgencia. La vida es una situación de urgencia permanente.

Que sea tu entidad positiva la que siempre te controle

Tu entidad positiva está a tu lado desde ahora; vacía tu mente, límpiala de pensamientos negativos, y despierta tu ingenio. Ella tomará posesión de ti. Ella no espera sino un signo tuyo. Ponte en marcha esta noche; sal desde ahora a tu nuevo camino.

Mantén siempre cuidado. Que sea tu entidad positiva la que te controla, la otra entidad va sin rumbo alrededor de ti: pon atención de no dejarla entrar más en ti, si lo hiciese no seria más que por un momento. Mi tarea está cumplida. Escribí la receta del «éxito». Bien seguida, no puede fallar.

Incluso si no comprendes perfectamente mi propósito, tu entidad positiva compensara la falta y te dará la respuesta. Es suficiente con leer y releer esta historia. Confío a mi entidad positiva el cuidado de transmitir, a las generaciones que me seguirán, el secreto de lo positivo, lo que puede transformar todo: el secreto para utilizar el potencial ilimitado que está en ti, desde ahora y por siempre.

Margarita Mosquera Zapata.

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