
El aprendiz de brujo, es una de las formas de visualizar la vida de forma más positiva. Es una guía que describe los principios de la PNL y su uso para lograr resultados más efectivos.
Los seres humanos están dotados de órganos sensoriales, que les permiten percibir la realidad al ver, oír, oler y saborear. Transformados por estos últimos, transformándolos en imágenes, sensaciones, olores y sabores.
El hombre no puede saber nada acerca de la realidad. Lo que se conoce son los productos de la variación de estímulos, que vienen del exterior y ya no se pueden determinar. Hechos por su actividad sensorial, y que luego proyecta hacia el exterior, tratándolos como realidad externa.
Lo que percibe el ser humano no es por lo tanto la verdad. Y tampoco hay ningún criterio en virtud del cual pudiéramos hacer corresponder nuestra percepción con la realidad, nuestro mapa con el territorio que representa.
Así pues, la PNL cuenta con un concepto radical de individualidad. Todos los seres humanos se construyen su propio mundo sobre la base de su percepción sensorial. Mundo que se diferencia de los mundos de los demás hombres.
En la PNL se juzga la manera de actuar del ser humano, sólo según el criterio por ella defendido. Basado en el propio mapa y en las posibilidades de actuación que se derivan de él en la utilidad. Las acciones que no permiten que los seres humanos consigan sus fines producen problemas.
La PNL también considera que los síntomas de una enfermedad, son resultado de restricciones. Por ejemplo, para un terapeuta asesor de PNL, una fobia se debe a que la persona afectada. Supongamos que a la vista de un espacio reducido, no tiene a su disposición ninguna otra reacción que no sea el miedo.
No todos los estímulos externos los recibimos a través del organismo humano. Muy al contrario, con la percepción comienzan ya las restricciones la mayor parte de los estímulos se nos escapan.
La recepción de un estímulo del exterior a través de un sistema sensorial, por ejemplo los ojos. Sólo nos es consciente en el momento en que contamos con un resultado de dicho proceso, o sea, una representación, en este caso una imagen.
No obstante, tales representaciones; no sólo son producidas por un estímulo externo, sino que son almacenadas y se las puede llamar internamente. Una vez que ya existen, Por ejemplo, me puedo acordar de una imagen del lugar donde pasar las vacaciones.
