
Las claves del éxito son ideas, principios, leyes, fórmulas, técnicas y estrategias que garantizan una acción eficaz.
Todo cambia sin cesar. Necesitas abrir los ojos y adelantarte al futuro. Las ideas expuestas pueden servirte de mucho, si aprendes a utilizarlas. Lo cierto es que, el gran drama del mundo es de pobreza física y mental; por lo cual, es importante aprender desde niños a ser ricos en todos los aspectos.
Los seres humanos necesitan llenar el cerebro con ideas, el corazón con afecto y el bolsillo con dinero. Una falla en cualquiera de estos tres sistemas complica la vida. Utiliza tu cerebro y tu imaginación. Cada día desfilan delante de tus ojos numerosas oportunidades de aprender, de hacer dinero y de ser feliz, pero no puedes percibirlas porque tu cerebro no está programado para ello.
Todos los bienes materiales son importantes pero, como hemos visto, nadie puede asegurarlos; por eso, tu mayor riqueza eres tú mismo. Invierte en tu propio desarrollo para que puedas volar alto como el águila y, si un día, por circunstancias de la vida, te visita la adversidad, puedas renacer de tus cenizas como el ave Fénix.
Existe una pérdida de valores morales y espirituales y un auge de la filosofía materialista cuyo postulado es: “Tanto tienes, tanto vales” Esta filosofía se está apoderando del espíritu humano. Cuanto más vacía de valores se siente una persona, más necesita compensar con riqueza y con cosas el vacío interno, y, cuanto más plena se siente por dentro, menos cosas necesita para ser feliz.
Hay que acercarse de manera más espiritual al éxito y a la riqueza
El éxito tiene muchos aspectos y la riqueza material es solamente uno de sus componentes. El éxito también se compone de salud, energía, entusiasmo por la vida, realización en las relaciones con los demás, libertad, creatividad, estabilidad emocional y psicológica, sensación de bienestar y paz.
Pero ni siquiera experimentando todas estas cosas podremos realizarnos plenamente, a menos que cultivemos los valores del espíritu que dan trascendencia a nuestra vida y nos colocan por encima de lo efímero y pasajero de las cosas.
Para quienes creen en Dios, es percibir la divinidad en cualquier lugar a donde vayamos, en cualquier cosa que veamos: en los ojos de un niño, en la belleza de una flor, en el vuelo de un pájaro, en el amanecer.
Cuando comencemos a vivir la vida como un milagro maravilloso y como una oportunidad para aprender, para amar, para crear y para ayudar, entonces comprenderemos el verdadero significado del éxito. Necesitamos acercarnos de una manera más espiritual al éxito y a la riqueza.



