
Serás feliz si primeramente te enamoras de ti mismo, seguro los demás también te amaran. Tiene mucha razón el que dijo la frase: «El primer amor de tu vida debe ser, el amor propio».
¿De qué otra manera podremos ser felices? ¡Autoestima! luego de pasar por alguna desilusión y recuperarnos, es que venimos a entender muchas cosas; lástima que tengamos que sufrir para aprender.
Algo extremadamente importante en nuestra vida, Aquello que nos define y nos adapta a una sociedad; que permite que tengamos tranquilidad o no, es la autoestima.
Una baja auto estima puede ocasionar una infelicidad permanente en la vida de cualquier persona.
La época importante para el desarrollo de la autoestima es la infancia intermedia. El niño, aquí, compara su yo real, con su yo ideal y se juzga a sí mismo; por la manera en que alcanza los patrones sociales, y las expectativas que se ha formado de sí mismo y de qué tan bien se desempeña.
Desde muy pequeños nos inculcan hábitos que tienen que ver con nuestra parte externa, pero poco se enseña sobre la parte psicológica, aquella que tiene que ver con el amor propio, la autoestima, la misma que nos define para que seamos personas útiles a una sociedad.
La propuesta de este libro,» Enamórate de ti», de,» Walter Riso», es a la vez simple y compleja: enamórate de ti, sé valiente. Comienza el romance contigo mismo, en un yo sostenido; que te haga cada día más feliz, y más resistente a los embates de la vida cotidiana.
¿Qué es quererse a sí mismo?
Quererse a uno mismo es quizás el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez más difícil de sobrellevar. Aun así, y curiosamente, gran parte del aprendizaje social se orienta a sancionar o subestimar el valor del amor propio; posiblemente para evitar caer en las garras del engreimiento.
Si decides felicitarte dándote un beso, es probable que las personas que te rodean evalúen tu conducta como ridícula, narcisista o pedante. Está mal visto que nos demos demasiado gusto o que nos mostremos muy alegres de ser como somos.
Cuando nos ocupamos de nosotros mismos por demasiado tiempo, nos mimamos o nos auto elogiamos, llegan las advertencias: ¡Cuidado con el exceso de autoestima! u ¡Ojo con el orgullo! Y en parte resulta entendible, si vemos los estragos que puede realizar un ego inflado y sobredimensionado.
Sin embargo, una cosa es ser ególatra, egoísta o egocéntrico, y otra muy distinta ser capaz de aceptarse a sí mismo de manera honesta y genuina sin hacer alharaca ni despliegues publicitarios. La humildad es ser consciente de la propia insuficiencia, pero de ninguna manera implica ser ignorante de la valía personal. Mejor dicho, enamórate de ti, no hay problema




muchas gracias