
La mente es una parte esencial de nuestros cuerpos. Por lo que es importante entender cómo funciona. La mente funciona como una caja de almacenamiento para nuestros pensamientos y emociones.
Tus pensamientos se convierten en ideas cuando enfocas tu mente en algo. Estas ideas pueden ser cualquier cosa, desde letras de canciones, hasta ideas de nuevas empresas tecnológicas, o estrategias militares complicadas.
Las ideas se pueden formar rápida y fácilmente cuando y enfocas tu mente sin restricciones ni inhibiciones. Eso es porque este tipo de pensamiento libera a tu cerebro consciente de bloqueos mentales que te impiden generar pensamientos creativos rápida y fácilmente.
Veinte años atrás la psicología aparecía, como un campo más bien remoto y estéril. Para las personas interesadas en el uso pleno y creativo de la mente. Este campo abarcaba tres especializaciones poco estimulantes.
Estaba la psicología académica, que incluía el empleo de ingeniosos aparatos de laboratorio. Para estudiar la percepción de ilusiones ópticas, o la memorización de largas listas de sílabas sin sentido.
Este tipo de investigación no tiene mucho que ver con el pensamiento humano. También está el conductismo, que es el enfoque que surge cuando se trabaja con ratones y palomas. Los conductistas argumentan que los humanos actuamos de la forma en que lo hacemos porque los refuerzos que recibimos nos motivan a hacerlo.
Puesto que se centraban en la actividad manifiesta, estos estudiosos negaban la vida interior: no había pensamientos, ni fantasías, ni aspiraciones. Por último, estaba el psicoanálisis, que ofrecía no sólo un método discutido de tratamiento, sino también una teoría englobante de la naturaleza humana.
Si bien el psicoanálisis tenía una grandeza. Y una profundidad de las que carecían; tanto la psicología académica. Como el conductismo pone el acento en la personalidad humana; y en la motivación inconsciente. Al tiempo que decía muy poco, acerca de los procesos del pensamiento racional; o de la resolución consciente de problemas.
La revolución cognitiva se produjo en dos etapas. Primero llegó el franco reconocimiento, de que se podía y se debía tomar en serio los procesos mentales del hombre. Incluyendo el pensamiento, la resolución de problemas y la creación. El estudio de la mente recobró su status científico.



