La naturaleza inherente del éxito lo torna perplejante y elusivo y hace que vierta sus recompensas únicamente en un puñado de quienes lo persiguen.
La naturaleza, con un diseño complejo, ha dictado que el éxito sea una condición que debe ser atraída y no perseguida. Alcanzarnos recompensas y progresamos no como consecuencia de nuestra búsqueda intensa, sino por lo que lealmente somos, ya que lo que somos es lo que finalmente determina los resultados que atraemos.
Para tener más, tenemos primero que convertirnos en más». Esta es la esencia de la filosofía para lograr desarrollo personal, el éxito y felicidad a que se refiere Jim Rohn en Las Cinco Piezas Principales del Rompecabezas de la Vida.
Es nuestra filosofía personal la que establece nuestra actitud individual. Es nuestra actitud la que determina tanto la cantidad como la calidad de nuestro nivel de actividad. Esta actividad produce un resultado final y proporcional y dicho resultado nos proporciona el estilo de vida del cual gozamos.
Los resultados y el estilo de vida son los efectos pero los componentes de la causa final del efecto son nuestra filosofía personal, nuestra actitud y nuestra actividad.