El término adversidad se ha utilizado mucho en psicología, y se relaciona en especial con sucesos o experiencias traumáticas; que son vividas por las personas intensamente y sobre todo perturbadoras.
Estas actitudes, entre otras posibles, son las siguientes: negación frente a aceptación de la realidad, distanciamiento; negación de la participación del individuo en la adversidad, burbujas protectoras, crea una barrera no creativa; pantalla, cinturón o esfera de protección, renuncia a la responsabilidad personal.
Estas actitudes ocurren cuando la persona no cuenta con los recursos personales y sociales necesarios para enfrentar la adversidad de manera efectiva.
A veces, la gente prefiere retirarse a un mundo de ignorancia o seguridad ficticia; o esconderse detrás de barandillas imaginarias o el escudo protector de otros, antes que aceptar la derrota personal. Las consecuencias son: sufrimiento, pensamientos autorreferenciales y emociones negativas, etc.
La autoconfianza te impulsa a lo grande
La confianza en uno mismo, no se gana con una profunda reflexión espiritual, o filosófica; hay que salir al ruedo, el camino del viaje es principalmente una experiencia.
Cada situación adversa, o problemática será una oportunidad; para revisar tu plan y adaptarlo a tus circunstancias. ¿Y si hay estrés? Bueno, hay más razones. La autoeficacia y la competencia personal percibida, son las fuerzas impulsoras de cualquier estrategia, de afrontamiento adaptativa.
Cuando ya estás por bajar la guardia, la autoconfianza te sitúa en el campo de batalla; y pone a funcionar los recursos de los que dispones. Si estás metido en un agujero en el que te sientes atado de pies y manos, ella te suelta y te empuja hacia la salida.
Es una forma de motivación intrínseca: las ganas y el entusiasmo son generados desde adentro. Las personas comprometidas muestran un interés genuino por el mundo circundante. Cuando dicen «sí», lo dicen en serio y la pasión las mueve más allá de lo convencional.
Apartes del libro Mas fuerte que la adversidad, de Walter Riso.