1001 respuestas al Corazón, PDF

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En la búsqueda de la felicidad, nos tropezamos con aquello que llamamos ego, una forma individualizada a la que nos apegamos y a través de la cual se manifiesta El Amor, desde nuestro centro que es el corazón.

El ego comenzó en esa fina corriente a nivel supraconsciente, y según se hizo más y más denso, se hizo más y más individualizado, constituyendo lo que llamamos personalidad humana.

Cuando quedamos inmersos en el ego, nos centramos en nosotros mismos y comenzamos a creer que todo el mundo gira a nuestro alrededor. Creemos que somos el centro del universo y que todo el mundo nos debe prestar atención.

Cuando se expande en la forma adecuada, el ego se vuelve completamente transparente y toda la fuerza de la realidad, toda la fuerza de la luz, brilla a su través. Hay una cualidad en nuestro interior invariable y eterna. Divinidad. 

Todos somos pequeños egos, todos somos manojos de impresiones creadas durante muchas vidas. Tales impresiones están ahí y no pueden ser aniquiladas, son eternas, tienen que existir. Cada pensamiento es eterno y no puede destruirse, porque las vibraciones iniciadas por un pensamiento prosiguen por toda la eternidad. 

Cuando comprendes algo, automáticamente adquieres control sobre ello y entonces no te controla, sino que lo controlas tú. Cuando adquirimos una gran medida de auto-integración, gradualmente producimos una fuerza que nos hace capaces de controlar, y esa es la única manera de ir más allá de los sufrimientos que padecemos.

El hombre no está hecho para sufrir, el hombre es un producto de la alegría y aun así entra en el mundo llorando. Venimos de la alegría y vamos a la alegría; el hombre está hecho de luz.

A pesar de que el cristal de la lámpara esté a veces sucio, la verdadera luz debe brillar a su través.

Por lo tanto, hay mucha esperanza, mucho amor y no hay realmente problemas o sufrimiento. Pensamos que sufrimos. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que sufrimos, y esto es un producto del pensamiento. Cuando a través de la meditación transcendamos el nivel del pensamiento, sabremos que no hay sufrimiento, que todo es alegría.

El objeto, el propósito de la vida es encontrar el Yo real que reside en tu interior. Cuando se encuentra, la misión en la vida se completa, pero esto no significa que tus problemas se vayan a acabar. Habrá problemas mientras vivamos en el mundo relativo gobernado por las diversas gunas, habrá subidas y bajadas.

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